Una recorrida por las plantaciones recientes nos da un montón de pistas acerca de la evolución de las distintas especies y su estado general.
La época fría nos muestra los tallos y troncos desnudos en muchas plantas, lo que nos permite observar con mayor facilidad la existencia de anormalidades como el desarrollo de líquenes, engrosamientos y rugosidades exageradas de la corteza, perforaciones por patógenos, exudados inusuales y daños mecánicos provocados por máquinas cortadoras de césped, malas podas, ataduras de tutor muy ajustadas ú olvidadas, tutores que rozan contra los troncos, etc.
El desarrollo de líquenes sobre la corteza de plantas jóvenes es señal de que el material en cuestión está débil, suceptible al ataque de agentes patógenos, creciendo a una tasa que no es la ideal. Mejoras en la nutrición, por medio de enmiendas orgánicas, o utilización de fertilizantes es una práctica que ayuda a la planta a recomponer su estado y mejorar su ritmo de crecimiento.
Es común ver árboles que muestran un "sufrimiento", stress , que puede leerse en su forma, troncos muy engrosados y corchosos, ramas débiles y renuevos desde la base debido a pérdida sistemática de un ápice dominante. La falta de reparo, un buen tutor y plantas de tamaño inadecuado para el manejo que se les da, sin cortinas protectoras, o cortinas muy jóvenes.
Es mi opinión, que una vez perdida la forma característica de la especie, que es la gracia y motivo por el cual se elige un ejemplar, individuo o grupo para colocar en una composición, se debe reemplazar ese individuo o el grupo, en pos de recomponer el objetivo inicial de diseño.
Grupo de Liquidambar styraciflua que perdieron forma característica y con notables síntomas de envejecimiento y debilidad.
Comentarios